Stella Accorinti - 24 de marzo, argentinos
La palabra del exilio, la risa del exilio
Stella Accorinti
LEÓNIDAS LAMBORGHINI
La palabra del exilio, la risa del exilio
Leónidas Lamborghini nació en Buenos Aires en 1927. Cursó estudios universitarios, que abandonó. Trabajó en labores de tejeduría. Después del golpe de Estado contra la presidencia de Juan Domingo Perón, ocurrido en 1955, Lamborghini se dedicó al periodismo y a la poesía. En 1977 se exilió en México, de donde regresó a la Argentina en 1990, cuando ya había asumido la presidencia Carlos Saúl Menem, representante del peronismo (Partido Justicialista), después de haber renunciado al cargo para el cual había asumido como primer presidente de la democracia el doctor Raúl Alfonsín, representante del radicalismo (UCR). Pleno inicio inquietante de la etapa menemista que llevaría a la Argentina, con su modelo económico, político y social, al exilio de hoy (un país fuera de sí), en un refuerzo de angustias de un exilio continuado desde la dictadura militar que asaltó el país el 24 de marzo de 1976. Exilio de los cuerpos y de las presencias, exilio de los vivos, exilio de los muertos, exilio de los desaparecidos. Un exilio donde la semántica y la política constituyen una palabra viva de múltiples significados, todos ellos entramados por la angustia.
Tal como sucede con su hermano, el escritor Osvaldo Lamborghini, Leónidas ha escrito una obra revulsiva e inquietante, centrándola, en su caso, en la poesía. La escritura de Leónidas nos provoca y nos interpela desde la poesía, con escrituras emblemáticas como “Las patas en la fuente”, tal como Osvaldo nos requiere y nos conmueve con su inolvidable e imprescindible relato “El fiord”. (1)
Es por eso que Leónidas Lamborghini decía en su inolvidable conferencia de 1994, en el marco del encuentro "La política y la historia en la ficción argentina" organizado por la Universidad Nacional del Litoral: “La política y la historia, o si se quiere la historia política del país vivida como constante presión sobre la escritura, encarnada allí como destino, como fatum (2) contra el cual se lucha. Poesía, relato, narración en verso quebrado irregular y jadeo continuo, como síntoma de ese sobre esfuerzo en el que la voz emerge desde una situación de asfixia. Violencia contra violencia, transgresión por transgresión […]. Un modelo (político, social, el que ustedes quieran) puede estar siendo ofrecido como una panacea hasta que aparece el parodista y demuestra, por ejemplo, que la verdad de ese modelo es una caricatura trágica, sangrienta. Es un genocidio, por ejemplo". (3)
Dice Lamborghini en “El solicitante descolocado”: (4)
"En vez
tú no tienes voz propia
ni virtud",
dijo
”y escribes sólo para
yo quise decirle mentira mentira
para purificarme.”
El solicitante está ahí, y en su continua solicitud realiza un pedido y un planteo. La respuesta es que escribe sólo para (y aquí la parodia, la risa de la angustia, la risa desahuciada, ¿para qué escribe? –¿acaso hay que escribir para un qué?– el desahucio, el desarraigo, el desenraizarse y el deslagrimarse y relagrimarse a través de la risa, de la parodia, del incipit Zarathustra. A los grandes conceptos, a las momias conceptuales, a los modelos aplastantes, a los modelos que nos modelizan para morirnos mejor, la risa. Reírnos. Los argentinos y las argentinas somos los mejores proveedores de chistes contra/acerca de/sobre nosotras y nosotros mismos. Nadie se ríe mejor de lo que nos sucede que nosotros. Y para contar bromas, para reírse, armamos (¿nos arman?) la pista del circo:
La pista se rodea
de todas las especies, de todos los órdenes
y clases
sobre todo de público
en la primera fila van
los relegados.
Siempre algún gobernante
algún guerrero ilustre, algún
funcionario aventajado
da el puntapié inicial
entonces entro yo
entrando por el aro.
Sabemos que somos los payasos de la función, la diferencia (¡ah, la diferencia!) es que entre los políticos y nosotros hay un hiato, mediante el cual ellos creen que somos payasos por cuenta y orden de ellos, y nosotros, tragicómicos, sabemos que somos payasos para poder reír de nuestras penas, para aceptar nuestro exilio, el de adentro y el de afuera, el corporal y el geográfico, una aceptación de “¡así lo quise yo!”, medularmente nietzscheano. ¿Si esto retornara eternamente, como quisiera que sea?: ¡así!. Conmigo riendo, con mi pueblo riendo, festejando el carnaval con las murgas a la noche, descansando los brazos de los cacerolazos ininterrumpidos, otra manera de la risotada feroz. Cacerolas/deuda externa impagable. Vagina de madre dolorida/violación incesante.
“Tome asiento
nadie debe perderse
un espectáculo
abro mi risa negra
a función continuada.”
Todos están invitados. Los acreedores, el FMI, los expoliadores. Lamborghini escribiendo “El solicitante descolocado” en 1971, Lamborghini escribiendo “El solicitante descolocado” en 2002. Hay diferencias indiferenciadas por la risa. “No vamos a hablar de política”, decían los murgueros de Los Cometas de Boedo –la mítica murga creada en 1959– durante los carnavales de febrero de 2002. No vamos a hablar de política. Vamos a reírnos de la política, de esta política que sólo sirve para la parodia lamborghiana.
Y a la bartola
haciendo de las mías
en el país del tuerto
es rey.
Un quemeimportismo de mandíbula batiente, a la bartola, a la qué-me-importa, me río porque quiero, me río porque quiero purificarme, me río porquequiero purificarme y llevarme, me río porque quiero purificarme y llevar mis cenizas, me río porque quiero purificarme y llevar mis cenizas a la montaña. En el país del ciego el tuerto es rey, ¿en el país del tuerto? En el país del tuerto… allí, señores (trompeta de circo) allí señoras (trompeta más aguda), y por qué no señoritas (tararí tarará), allíjaja, es tuerto el que no quiere ver.
Pueblo goloso perezoso lujurioso
porque las curvas económicas
nos son favorables
una nueva conciencia os pido
en marcha.
Y si las cosas se complican
descentralizar:
–Listo, vamos
gobernar es poblar es hablar;
apoyando mi oído
en el obrero concentrado:
vibra.
En el rebusque cada vez
me pica más
el bagre
vendo shakespeares usados
a un Moro sin entrañas.
Descubro inscripciones
no figurativas
en las letrinas de altamira.
Apenas este tiempo para nada
Al Paso
almuerzo pavimento
con ensaladas
del huerto de los olivos.
No son todos los que están
no están todos los que son"
mi pobre especie
son
los no antologados
En los viejos tranvías
y en general
en todo transporte colectivo
colaborar es correrse
bajar por adelante.”
¿Qué vender en el exilio? ¿Cómo sobrevivir? Sólo la palabra nos salvará. El Shakespeare usado, usado y amado, no nuevo, amado, es vendido al mejor postor. Y Lamborghini descubre Altamira en las letrinas hediondas de la mierda del exilio, en los baños mugrientos donde se caga lo que no se come. Porque en el exilio nuestros residuos son nuestras propias entrañas. Pero siempre hay algo para descubrir-inventar, siempre hay algún graffiti a la mano (“Salven a los argentinos. Firmado: Las ballenas”). Aderezamos la ensalada con nuestra sangre, la sangre que lloramos en nuestros propios huertos de los olivos. Los hay esparcidos en toda la Argentina, y cuando nos exiliamos, nos los llevamos con nosotros. ¿Adónde llorar sin que nos vean? (Sólo queremos que nos vean reír). En el manicomio de la Argentina no están adentro todos los que son, ni todos los locos que están lo son. Payasos sí, locos no. Silencio, llanto, exilio. Pero la locura nos atraviesa y no lo logra con nosotros. Tenemos algunas trampas listas para ella. Las principales son la parodia y la risa.
–Nuestra madre es feliz
nuestro padre
nuestro hermano sigue creciendo
sólo se espera tu llegada.
Las cartas… Las cartas parten, las cartas llegan. No decimos en ella nada profundo, nada triste, nada que valga la pena. Solicitamos sin pedir, hablamos sin palabras. La carta es lo que la carta no dice. Se lee en la carta la palabra que no se ha escrito. No se escribe en la carta lo que se piensa sino su manto de huesos a los que habrá que cantarles a la luz de la luna. ¡Oh, sí! Alguna vez encarnaremos, naceremos de nuevo, no desde el vientre, sino desde los huesos. Una mujer cantará para nuestros huesos, una vieja paciente, tranquila, sabia, una bruja, una discípula de la Pacha Mama, una chamán, una mujer que llamará a los huesos con paciencia de luna, bajo la luna, en la luna, y los huesos argentinos encarnarán y crearán algo nuevo, desde lo viejo. Coseremos los retazos, juntaremos los pedazos, escribiremos las cartas. Y cuando la carne comience a cubrir el esqueleto la Bruja Sabia reirá. Como Nietzsche. En silencio.
Cómo se pianta la vida
cómo rezongan los años
cómo se viene la muerte
tan callando.
Tango, tango tango: “Cómo se pianta la vida/che, muchacho calavera”; “rezonga bandoneón/tu corazón…/, y allí pegadito –pegadito con saliva de la risa– las coplas a la muerte de mi padre (de mi madre), de Manrique, tan tanguero él sin saberlo. Anacronismos que se permite la risa de la literatura. Sólo la risa permite. Riamos. ¿Cómo se viene la muerte? Tan callando. ¿Cómo nos desaparecen? Tan callando. ¿Cómo nos exiliamos? Tan callando.
Dice Lamborghini en “La cura’el mate”(8) :
–¡Ave María Purisíma!
–¡Sin pecao consébida!
Salutación del gaucho, nostalgia del gaucho en el exilio. La risa de la parodia de Estanislao del Campo, y allí el “sin pecado concebida”, con-cebida, con-cebada. Cebada, como la vaca, buena cebada, como el mate.
–¿Está en pecao? ¿Y es un pecao irremedible? (Ningún mayor dolor)
¿Pero no deja de buscar la asolusión?… ¡Velay con el pecador!
¿Y no conoce usté la cura' el mate?… Don Antonio
me la enseñó: él risaba en su mate vacío y el mate
en un santiamén se le volvía Templo… ¡Lo viera! ¡Creameló!
¿Cuál es el pecado de los argentinos? Fácil: ser argentinos. Todo pecado debe ser pagado. ¿Con el exilio? Vea, amigazo, podría ser. Pero… ¡oiga matrero!, ¿no ve usté que nací con ese pecao?, ¿dónde está mi culpa? Jódase, amigazo, Platón le diría que no eligió bien, vea. ¡Velay con el Dios éste! ¡Me mete la deuda sin que me dé cuenta y después quiere que se la pague! Mire usté, si es para reírse, si es para cagarse de risa, y después buscar altamiras en la letrina… Oiga, amigo, tengo una cura para usté. El mate. El mate es buen templo, fresquito. ¿No vio que a los templos van siempre las mujeres? Amigo, tenemos que ser más mujeres, tener más ovarios para reírnos en la frescura del templo, y curarnos en la casa del que nos tiró la deuda encima.
Cuando en la soledá de la pampa el miedo a su pecao
lo agarraba a coscorrones ¡mea culpa! ¡mea culpa!
y quería miar tuita su culpa y
no tenía Templo ande hacerlo.
Ahí está el templo, meemos. Es gratis. Es la letrina, es donde ir a orinar, es donde ir a mear. Nada mejor que mear la culpa. Meando mucho se van los males del cuerpo. Meemos todo, así marcamos territorio. ¡Amalaya! ¡Canejo! Meá la culpa, yo sé lo que te digo. Nada alivia tanto la culpa que te encajaron sin que lo pidas como un buen meado. Qué satisfacción después de mear. Quedás livianito. Es como lavarse las patas en agua fresca, en la fuente, después de caminar mucho. Alivio total. Hasta risotadas te dan de tanto alivio.
Metía su' humilde bombiya de anacoreta gaucho en el vacío
'el mate y por el pico' e lata comensaba a echarle resos…
¡Lo viera!
Su trompa no se dispegaba e' la bombiya y ni una palabra
salía' e su boca porque él risaba con la mente
y los resos iban pasando al fondo' el mate.
Rezar/risar, orar/reír, silencio/palabra, podrán quitarnos todo, pero no el pensamiento, siempre, siempre, SIEMPRE habrá ojos de pájaros entre los árboles.
Por el tubito' e la bombiya ¡ahijuna! y el mate se le iba
enyenando' e resos y áhi está: en un santiamén
el mate se le había vuelto Templo. Dánosle. Dánosle.
El pan nuestro de cada día/dánosle hoy/y perdona nuestras deudas/así como nosotros perdonamos/a nuestros deudores/y no nos dejes caer en la tentación/de convertirnos en acreedores/de los pobres/amén. Perdona, Señor de la Risa, al Fondo Monetario Internacional, a los militares genocidas, a los políticos corruptos, perdónalos Padre-Madre, y perdónalos hoy y para siempre, porque segura estoy yo de que ya no tendré fuerzas si no es en este escrito, para volvértelo a pedir, y perdónalos tú (perdónalos, vos, che) porque yo, yo, yo, JAMAS LOS VOY A PERDONAR. (“No pienses que estoy loco/es sólo una manera de actuar/no pienses que estoy loca/¡Estoy comunicada con todos los demás! No te olvides de mí ni de Melina ni de mi Canelita ni de Monchito ni de Clarice, tan chiquita, ni de Casandra ni de Silvana, que se me (¡sí, sí, se me, SE ME, dativo de interés desde el griego clásico, canejo!) han quedado en la Argentina del dolor!
–¡Mate, Padre!
–Y Don Antonio y su mate se' empiesan a dir pa' arriba…
¡Creameló! áhi arriba suspendidos en la imensidá' el Universo
y abajo la imensidá de la pampa y tanto espacio empiesa
a curarlo' el pecao y siente cómo la asolusión le viene
del fondo' el mate… ¡Y no! ¡Qué avería de' estrañar la yerba!
si la gracia (¡Danoslé!) (¡Danoslé!)
esta áhi en risar y déle reso con el mate vacío en el
vacío pa' que' el vacío del mate en el vacío.
¡Jué pucha!
lo deje vacío' el pecao… ¡Vacío Santo!
–¡Mate Nuestro!
–¡Vacío Nuestro!
¡Ave!¡María!¡Purísima!
¡Sin!¡Pecao!¡Concébida!
Avemaríapurísimasinpecaoconcébida
–¡Hijunigransiete!”
Hijunagransiete. ¿Siete veces los hemos de perdonar? No, setenta veces siete. Ni una, ni una vez los hemos de perdonar. Que Dios los perdone, que ése es su laburo. Nosotros… nosotros ya hemos laburado mucho. Demasiado. Ahora… sólo reímos. Incipit Zarathustra. Otra vida comienza.
Entre tantas voces profundas, hondas, altas, la de Leónidas Lamborghini ha prefigurado el exilio y los exilios de esa manera inquietante, espantosa, revulsiva, llena de llanto y dolor, riente, llena de risas, como solemos hacerlo los argentinos, las argentinas. Porque venimos exiliándonos desde los huesos de nuestros abuelos, desde los barcos malolientes que llegaron a Buenos Aires a principios de siglo. Los barcos que nos están esperando ahora.
Quien quiera oír, que oiga.
Buenos Aires, 24 de marzo de 2002 . Con un pie en el avión que me llevará (otro barco) hacia Boston...
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1 - Este relato de O. Lamborghini da cuenta de un contexto imprescindible para profundizar en la obra de L. Lamborghini, y también a la inversa, en el sentido en que atravesamos este escrito sobre el exilio: la risa, las claves de la escritura política, las proscripciones, las burlas contra los dictadores que quieren prohibir la palabra, y sólo logran más risa de nuestra parte, más palabra, más silencio creador, más dolor paridor de hijas y de hijos que continuarán la creación de la palabra del exilio. “El fiord” circuló casi clandestinamente, y se podía comprar en una sola librería de Buenos Aires, pidiéndolo al vendedor en voz baja... Osvaldo Lamborghini nació en 1940 y falleció en 1985, en tierras extranjeras.
2- Me parece interesante señalar que Lamborghini utilizó en esa conferencia la palabra “fatum”. Este concepto es profusamente utilizado por Friedrich Nietzsche. L. Lamborghini fue asiduo lector de Nietzsche, y no utilizaría, seguramente, de manera ingenua un concepto de este tipo. Contra el fatum no se puede luchar. Pero sí podemos reírnos, lo que desarma los modelos, pulveriza a las momias, y por qué no, detiene, asombrado, por un instante al fatum. Un instante es suficiente. La risa nos coloca en otra perspectiva, y la interpretación nueva nos cura de la vieja enfermedad. La salud nos espera. Es cuestión de cuánta risa soporta la enfermedad antes de huir de nosotros, despavorida.
3- AA.VV., La Política y la Historia en la ficción argentina, Santa Fe, Argentina, Centro de Publicaciones Universidad del Litoral, 1995, págs. 46-50.
4- Leónidas Lamborghini, "El solicitante descolocado", El solicitante descolocado, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1989.
5- Diminutivo con el cual es conocida la segunda esposa de Juan Domingo Perón, María Eva Duarte.
6- Cuando el gobierno de Perón estaba sufriendo el golpe de Estado de 1955, mientras la Plaza de Mayo era bombardeada por la Fuerza Aérea, gran cantidad de personas de filiación peronista (los “cabecitas negras”, como los denominaban la clase media y la clase alta de la Argentina), marchaban hacia la Plaza (donde los argentinos y las argentinas nos reunimos en lo que consideramos, para bien o para mal, grandes eventos) al grito de “¡la vida por Perón!”. Este hecho es aún hoy relatado por protagonistas de aquellos días, que se dirigieron al lugar en cuanto vehículo podían, o caminando, “armados” con palos.
7- Los Montoneros y la Juventud Peronista (“la gloriosa JP”, por oposición a la “JotaPerra”, la Juventud Peronista de derecha), cantaban marchas en sus reuniones en las cuales hacían una continuidad entre los tres militares.
8- Leónidas Lamborghini, "Estanislao del mate”, en Tragedias y parodias I, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1994.
9- Charly García, “De mí” (varias ediciones en CD y casetes). Existe una versión cantada por Mercedes Sosa.
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