Cómo se llega a ser lo que Ariadna es
Máscaras para el laberinto de la bildung* [1]Cómo se llega a ser lo que Ariadna es
Sueños de Ariadna
El batir del sueño es toda mi mente.
Soy mi ritmo. Ovillo mi madeja
más y más profundo en el laberinto
para hallar la unión de los caminos,
para hallarlo antes de que el héroe encuentre
al prisionero del Laberinto,
al horror coronado de cuernos al fin
de todos los corredores, mi amigo.
Lo guío lejos. Él se arrodilla para pacer
la hierba espesa sobre la tumba
y la luz se mueve entre los días.
El héroe encuentra un cuarto vacío.
Busco mi ritmo. Bailo mi deseo,
saltando los anchos cuernos del toro.
Ursula K. Le Guin, The Twins, the Dream
Estoy encantado, y en verdad me vienen ganas de hacer unos versos sobre esto, aunque sean unos versos no aptos para los oídos de todos. Hace ya mucho tiempo que he olvidado tener consideraciones con orejas largas. ¡Bien! ¡Adelante!
F. Nietzsche, Así habló Zarathustra, “Conversación con los reyes”
Una sombría acuática presencia ofendía...
Nadie que no fuera mujer podía mirarlo
Antonio Carrera, La construcción del espejo
"Cómo se llega a ser lo que se es". Algunas frases musicales y algunos conceptos danzantes acompañaron a Nietzsche durante toda su vida. En sus últimos años en Pforta escribe un trabajo sobre Teognis [2] que publicará tres años más tarde en Leipzig. La Asociación Filológica en la que el joven estudiante participaba, creada a instancias de Friedrich Ritschl, se reunía para discutir los trabajos filológicos de sus integrantes. El 18 de enero de 1866, Nietzsche presenta su escrito, precisamente, una de las redacciones del trabajo sobre Teognis. Este texto tiene como motto aquél de Píndaro, que sería el lema de la vida de Nietzsche: enoi enoi oios essi, que en la Pítica II, v. 73 dice, en realidad enoi oios essi paq´vn: “llega a ser como aprendes a ser”. Los jóvenes aprobaron el trabajo leído, y Nietzsche decidió presentarlo a Ritschl. Un mes después, el maestro lo convoca y le pregunta: “¿A qué fin destinó usted este trabajo?". Después de las explicaciones, Ritschl felicitó efusivamente a Nietzsche. Después de esta escena, nos dice Nietzsche “mi autoconciencia no conoció más límites”. Fue en ese invierno cuando Nietzsche conoció El mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer. Convertirse en lo que se es es la promesa de Nietzsche en la Tercera Intempestiva, cuyo título es “Schopenhauer como educador”. ¿A qué fin destinó Nietzsche su trabajo juvenil sobre Teognis? Según sus palabras, al asco y al rechazo. [3] ¿A qué fin destinó Nietzsche el lema de Píndaro? A atravesar toda su obra, donde lo veremos repetido, pensado, trabajado y gozado, una y otra vez. Cómo se llega a ser lo que se es.
Cada cual escribe para sí. La tercera conferencia de Nietzsche en la Asociación Filológica (enero de 1867) estuvo dedicada a las fuentes de la filosofía antigua. En ese texto, Nietzsche toma como base el libro de Valentin Roses sobre Aristóteles. De este libro tomó Nietzsche, una vez más, un motto, “cada cual escribe para sí”, y una y otra vez, lo puso como un emblema de sus ideas: he escrito para mí mismo, nos dice, de diferentes maneras. Para todos y para nadie, pero sí para mí. Es posible que a lo largo de nuestra vida escribamos y reescribamos sobre una o dos ideas, que nos obsesionan, nos convocan, nos hieren, nos aman. Cada cual escribe para sí.
Llegar a ser lo que se es, devenir lo que se es: aquí está la idea de Bildung, recreada por Nietzsche. Esta es la transvaloración del sapere aude kantiano. Hay que tener paciencia, constancia y energía para devenir lo que se es. [4] Su conciencia no le dice a Nietzsche que se libere de cadenas, como proclama Kant, sino que esa conciencia vocea: “debes volverte lo que eres”. [5] Y la conciencia de Nietzsche es la conciencia detrás de la conciencia, el escalpelo del genealogista, la máscara del desenmascarador de conceptos momificados. Porque los que conocemos, somos desconocidos para nosotros mismos. [6] Pero ésta no es una elección, Nietzsche no buscó, oyó, y cultivó la paciencia. A este mundo le puso Nietzsche una máscara más. Se alejó de él, puso distancia, habituó el ojo a la calma y a la paciencia del animal de caza. No dejó que los dioses se le acercaran demasiado, se retiró muchas veces de su cercanía. Los acechó. No reaccionó fácilmente a su estímulo [7] , hizo de su decisión una decisión constantemente diferida, constantemente enmascarada, generadora de deseo, deseante ella misma. Habituar el ojo a la paciencia, esperar que las cosas se nos acerquen, esperar como espera el animal que caza a su presa, esperar como esperamos que se aclare la imagen borrosa y difusa que aparece a lo lejos. Un acercarse que es apertura de la cosa, y que es, finalmente, el acercarse de la cosa misma. Esperar pacientemente que el estímulo caiga a los pies de la danza hipnótica de la sabiduría de la serpiente. Llegar a ser lo que se es.
Convertirse en lo que se es. Zarathustra pide miel para hacer la ofrenda en la alta montaña, pide miel a sus animales. Pero luego, ya solo, se dice a sí mismo que todo lo que quiere es un cebo dulce y viscoso, grato a osos gruñones y a pájaros extraños. Zarathustra es, también, un pescador de hombres. Y busca un cebo. [8] Alado animal, Zarathustra se pone en camino hacia las colmenas del conocimiento. [9] Ha decidido “llevar algo a casa”. Siete días dura la enfermedad de Zarathustra en "El convaleciente" y siete años tenía Nietzsche cuando, cuenta, perdió su infancia. Nos lo cuenta en El viajero y su sombra y nos lo relata en Ecce homo. Luego, la convalecencia, toda la vida , “también de la larga enfermedad que es la grave sospecha, se regresa como recién nacido, desollado, más susceptible, más maligno, con un gusto más delicado para la alegría, con una lengua más tierna para todas las cosas buenas, con sentidos más alborozados, con una segunda inocencia más peligrosa en la alegría, más infantiles a la vez, y cien veces más refinados que todo lo que jamás se fue antes.” [10] La enfermedad de Nietzsche como transvalor de la incólumne salud de Platón. Convertirse en lo que se es.
Transfórmate en el que eres. “Todos nosotros sabemos, algunos lo saben incluso por experiencia propia, qué es un animal de orejas largas[...]”. [11] Ser el antiasno, un monstruo en la historia universal, en esa historia occidental que se presenta como la historia, como la única historia: ser un antiasno es transformar la Bildung, es negarse a las orejas largas, es ser el Anticristo. El asno es un animal de carga, como el camello, pero el asno tiene, además, las orejas largas, desensibilizadas, hipertrofiadas. La crítica a la superioridad que la Bildung occidental asignaría al papel del intelecto por sobre los sentidos toma forma de manera inquietante y dramática en estas orejas largas, que, igual que los lemas de los que estamos hablando, se encuentran en toda la obra de Nietzsche, repetidas una y otra vez, cantadas para oídos pequeños, una y otra vez. Deberemos transvalorar la Bildung, canta Nietzsche, transformándonos en lo que somos.
(Wie man wird, was man ist. “[...] Sin voluntad, por una necesidad despiadada, estoy arreglando cuentas con los hombres y las cosas, imponiendo ad acta todos mis ‘hasta ahora’. Casi todo lo que hago en este momento es dar un trazo final. La vehemencia de mis oscilaciones interiores fue espantosa en los últimos años; de ahora en adelante, para pasar a una forma nueva y más elevada, preciso en primer lugar una nueva extrañeza, una despersonalización todavía mayor. Para eso es esencial que sepa qué y quiénes me quedarán.
¿Qué edad tengo, al fin y al cabo? No sé: tampoco podría decir hasta qué punto todavía soy joven. [...] se quejan de mi ‘excentricidad’. Pero precisamente no saben dónde está mi centro [...] [Viví] una experiencia peligrosísima: [pero no sucumbí] a ella, y sé qué sentido tuvo para mí -fue la prueba suprema de mi carácter. Poco a poco, lo que hemos vuelto hacia el interior nos disciplina hasta encontrar nuestra unidad: esa pasión a la que durante mucho tiempo no se le podría encontrar nombre, nos salva de todas las digresiones y de todas las discusiones, esa tarea de la que uno es el misionero involuntario.” [12]
“Viví, pretendí y quizá también logré, y se ha hecho necesaria cierta violencia para alejarme y separarme de eso.¡ Pero qué importa que se engañen respecto de mí! Lo peor sería que eso no ocurriese -me haría desconfiar de mí mismo.” [13] Wie man wird, was man ist).
Cultivarse a sí misma. A veces somos nuestros propios laberintos. Dejarse armar como orejas gigantes colgadas de cuerpos pequeños, oír hablar y hablar, oírlo todo con dos oídos monstruosamente abiertos, dos orejas enormemente largas. O formarse. Ariadna debía recorrer el Laberinto. Un hilo no bastaba, porque no hay hilos, sino sus interpretaciones. No hay sujeto, sólo devenir y póiesis de la interpretación. El carácter escindido del yo (¿cuándo podremos prescindir del viejo yo?) llega a su más extrema radicalización y rechazo en la filosofía de Nietzsche. Y si la Bildung es la formación de la reconciliación del sujeto consigo mismo, y si la condición del superhombre es la escisión, la Bildung ha muerto. Ariadna necesita orejas pequeñas, para escuchar que Dyonisos es su propio laberinto. Y el resultado del desenmascaramiento no es el descubrimiento de la verdad de las cosas, sino que es el propio proceso interpretativo en toda sus fuerzas. Ariadna, para ver a Dyonisos, debe colocarse con esmero una máscara sobre su máscara. Cultivarnos a nosotras mismas.
¿Sólo se puede llegar a ser lo que se es? .Nietzsche combatió el historicismo de la Bildung de su época, desplegado en la temporalidad del texto como objeto y en la dominación del papel asignado a las humanidades. Pero en ese momento, Nietzsche siguió a tientas un hilo, dedujo donde podía adivinar. Los mares terribles ya estaban en él, pero sólo sobrevendrían a su boca años después. La Bildung ya había muerto. Pero sus sombras aún vivían en Nietzsche. Para llegar al Minotauro se debe tener oídos pequeños. Pero Teseo no tiene oídos pequeños. Él es un hombre superior, un héroe, él tiene propósitos superiores. Los héroes y los hombres superiores tienen cargas pesadas, una de las cuales es llevar a la humanidad a la perfección. El Minotauro, al ser vencido por Teseo, logra su victoria. Sólo un decadente hombre superior es capaz de matar a una bestia cuya casa es el Laberinto. El hombre superior se pone la máscara de la moral llamada “conocimiento” y así escondido, cobarde y tenaz, mata la danza y la risa. El hombre superior es un hombre serio, finalmente. Sólo se puede llegar a ser lo que se es.
Ariadna, en tanto que ayudante de Teseo, es la imagen del resentimiento. Contra su hermano el Minotauro, contra la vida como afirmación. Contra ella misma como transvaloración. Las hermanas no han sido una figura agradable en la vida de Nietzsche. Pero Dyonisos ama a Ariadna. Y Ariadna teje su propio destino, ella tiene el hilo. Los hilos sirven para anudarse, para cortarse, para seguirlos (en los laberintos, en los textos), y también para ahorcarse con ellos. Ariadna debe morir. Y el hombre superior abandona el barco. Siempre que el barco se hunde, los hombres superiores lo abandonan. En este momento de decadencia, en este ocaso, Dyonisos se aproxima. Es de esta Ariadna de la medianoche [14] , de la oscuridad, del declinar de la tarde, de la necesidad de morir para vivir, de quien se enamora Dyonisos. Ariadna ya no necesita un hilo de araña, porque Dyonisos es su laberinto. “Ariadna: te amo. Dyonisos”, es la misiva enviada a Cósima Wagner en enero de 1888. Una máscara más. La misiva. Cósima, Ariadna. Nietzsche. Dyonisos. Un hombre laberíntico no busca la verdad, busca a su Ariadna.
La propuesta de Bildung de Nietzsche será un canto afirmativo de negación y de transvaloración. Transvalorar el mundo platónico, transvalorar los dos mundos, y afirmar plenamente éste, el único mundo. Porque el problema no radica en irse de casa, sino en regresar a casa, llevando algo en las manos, quizás, incluso, el viejo ataúd desvencijado, con las junturas rellenas de algo dulce. Se regresa a casa por el camino que jamás se olvidó, con la memoria que construyó el olvido más tenaz. El hijo engendrado por Dyonisos y Ariadna regresa a casa, después de atravesar su formación. Pero esa formación no podrá ser ya nunca la de los últimos hombres, no podrá ser la de los héroes, ni la de los sapientes, ni la de los doctos y tantos otros “sabios mal criados que pueblan el país de las ciencias”. [15] Esa Bildung transvalorada sólo puede ser música, danza, risa, máscara. Esa Bildung musical se realiza “a pesar de”, y es una formación de “quizás”: el filósofo artista es un gran desensamblador, y antes que nada, desensambla su propia conciencia, encontrando allí todo lo humano. Formación de ficciones poiéticas, realizada a través de ficciones poiéticas, que da como múltiples resultados la multiplicidad de conceptos provisorios del nuevo arte de la educación entendida como transvaloración.
Zarathustra sube a la montaña, para transformarse en el que es. Pero este “es” es deviniente. Zarathustra lo sabe. ¿Podemos acompañar a Zarathustra? No. Zarathustra habla para nadie, no habla para nosotros. Zarathustra no da nada, su ofrenda de miel es un cebo, pero no le interesa pescar. No se pesca en la alta montaña. Quizá Zarathustra ha ido a pescar risa, él no es un pescador de hombres, él es un pescador de risa, de danzas, de máscaras. Quizá pueda pescarlos con algo pegajoso. Cada uno deberá rastrear en sí mismo su propia pegajosidad, hundirse en su cuerpo, hundir el cuerpo en la tierra. Llorar. Y luego reír hasta las lágrimas. El lodo no es dulce, pero es pegajoso. Por algún lado se debe comenzar.
Cada cual escribe para sí. Elegimos a los oyentes, y ponemos distancia con los demás. [16] Las orejas largas se alejan o se acercan, las orejas pequeñas [17] se acercan o se alejan. El estilo acecha y no es permeable a cualquier estímulo. Las orejas pequeñas tampoco. Los problemas profundos exigen el juego del baño helado: entramos y salimos rápidamente de él, es un juego de superficies. Hay que ser lo suficientemente superficiales para ser profundos, y tener los oídos lo suficientemente pequeños para escuchar los matices. Todos, de alguna manera, somos asnos [18] , cultivar orejas pequeñas es la tarea. Sólo las orejas grandes mastican y digieren todo. [19] Las orejas largas son orejas de asno, pero engullen como cerdos. Y a todo dicen sí. Esas orejas son pesadas. Mejor desprenderse rápidamente de ellas. Cada cual escribe para sí.
Los oídos deformados luego de años de escucha pasiva debieran ser rotos, aprender a oír con los ojos no parece una mala propuesta para una Bildung transvalorada. [20] Muchas veces no ser comprendido es, simplemente, no ser la boca para esos oídos. [21] ¿Quién tiene oídos para oír estas cosas? [22] Transvalorar la mirada platónica es tarea para bailarines ágiles, buceadores de superficies, frugales y aviesos y rápidos escritores que se deslizan sobre el hielo. Máscaras que no olvidan su cuerpo. Astutos acechadores de matices diferentes. Acechadores como Eros. Y en este sentido, toda la filosofía de Nietzsche es una filosofía erótica. Todo lo que es profundo ama su máscara. [23] Toda la filosofía de Nietzsche es una filosofía erótica. Y esta filosofía erótica y erotizante fue escrita por una mujer que nació hace 156 años y que murió hace 100 años, una Ariadna de orejas pequeñas. El nombre de esta mujer, una de cuyas máscaras fue la de un macho, Dyonisos, es Friedrich Nietzsche. Coloquemos la máscara con cuidado, una vez más.
Podría haber sido otro momento histórico. Pero fue éste. Podría haber sido una conferencia para otro encuentro, para otras Jornadas. Pero fue para éste, pero fue para éstas. Podría haber sido otra persona. Pero soy yo. Estas pocas frases que parecen absolutamente sencillas y hasta, quizá, anodinas, me sumergen en un grado de perplejidad y complejidad tales que todo lo que suelo escribir después de pensarlas me convencen de que el pensar de búsqueda que caracteriza a los investigadores es, probablemente, para definirse como tal, eminentemente un pensamiento de crisis y para la crisis.
Estoy escribiendo acerca de un problema que me convoca y me problematiza, y desde un pensamiento erótico (el de Nietzsche) que me erotiza. Estoy escribiendo acerca de este problema en un momento histórico determinado, el año 2000, que avanza hacia nuevas miradas, una y otra vez, una vez más. La que escribo soy yo, parece claro. Pero nada de esto me resulta claro. La historicidad en la que vivo y con la que convivo está relatada desde la crisis, desde un transcurrir de rupturas, separaciones y llamados a la decisión. ¿Cuáles son las categorías que elegiremos para relatar esto que nos sucede? ¿Quién, verdaderamente, escribe esto que escribo?
“Yo” es una palabra demasiado fuerte para describir momentos de transición. ¿Dónde se situará este “yo” para no caer en la contradicción a la que, ineluctablemente, parece despeñarlo la férrea lógica de los opuestos? (¿Despeñarlo? ¿O debo decir “despeñarla”? ¿Se me permitirá predicar de “yo” un adjetivo femenino?) Quizá, parafraseando a Nietzsche, decir “ello” ya resulte fuerte, dogmático, y aferrado a una civilización, la occidental y cristiana, que está cayendo a pedazos. ¿Cómo, entonces, intersecar los planos del relato que nos constituye haciendo lugar a la voz de la crisis?
¿Desde dónde pensar la educación, la filosofía y la Bildung (si es que realmente son tres “cosas”) transitando el siglo XXI, momento en que se está cuestionado el sujeto-suelo en el que creció una civilización sostenida en valores que se muestran decadentes y obsoletos frente a la necesidad de nuevas respuestas, y, sobre todo, frente a la formulación de nuevas preguntas?
Quisiera terminar provisoriamente estas pocas palabras parafraseando a Clarice Lispector:
“En el mundo todo comienza con un sí, pero que nadie se engañe, la simplicidad sólo se consigue con mucho esfuerzo, y no hay una palabra sola que la signifique. Está claro que la historia es verdadera aunque sea inventada. Algunas existencias vagas y delicadas sólo pueden ser captadas con simpleza. No soy una intelectual. Escribo con el cuerpo. Con la oscuridad del cuerpo. “No. No es fácil escribir. Es duro como partir rocas. Pero saltan chispas y astillas como aceros pulidos”. [24]
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* Acerca de las citas
Las citas en español han sido realizadas de dos modos, ya sea siguiendo la traducción de Andrés Sánchez Pascual en Alianza, diversas ediciones, indicando en esos casos la página o bien siguiendo las Sämtliche Werke. Kritische Studienausgabe in 15 Bänden, Hrag. von G. Colli und M. Montinari, Berlin-New York, Walter de Gruyter-DTV, 1980 y las Sämtliche Briefe . Kritische Studienausgabe in 8 Bänden, Herausgegeben von G. Colli und M. Montinari München/Berlin/New York, DTV/W, de Gruyter, 1986. Para este último caso, se ha decidido citar parágrafos, prólogos, cartas con fechas, etc., en lugar de la cita clásica, ya que nos ha parecido que facilita la tarea del investigador que recién se inicia, sin entorpecer en nada la tarea del investigador de más alto nivel.
En los casos en que se ha citado directamente en alemán, se ha colocado el texto completo, para que se pueda cotejar con la traducción al español.
La mayoría de los textos citados pueden encontrarse en Internet, en español, en http://www.nietzscheana.com.ar/, y en alemán, en http://www.friedrichnietzsche.de/
[1] La Bildung es tanto la formación como la cultura que cada persona posee como resultado de esa formación. Bildung es tanto el proceso como el producto, es tanto el camino como la apropiación del camino, y el camino mismo, pero sólo en tanto patrimonio personal del humano culto, en su sentido individual, y no en el sentido de apropiaciones culturales que pudieran tener los grupos humanos, pero no el individuo. La Bildung es del individuo,en el sentido de que no puede ser pensada como una suerte de suprasubjetividad. No se puede hablar de Bildung en el sentido de las realizaciones "objetivas" de una civilización. Bildung es, entonces, formación. En alemán hay otras palabras para "formación", por ejemplo, y entre otras, Formation. ¿Por qué Bildung ha sido la palabra triunfante para hablar de la transformación de la naturaleza (¿humana?) en la cultura del individuo? Quizá porque Formation sólo preserva el sentido de forma, y en cambio Bildung tiene, y contiene, Bild (imagen). La Bildung consiste en tratar a lo vivo como algo vivo, si se momifica lo vivo, eso no es Bildung, quizá sea cultura, pero no es formación. La formación es un ser vivo, dice Nietzsche en la Segunda Conferencia, y abunda en la Quinta Conferencia: toda formación empieza con la obligación y la obediencia. Una boca que habla, muchos oídos, y la mitad de manos que escriben, he aquí el aparato académico exterior, he aquí en actividad la máquina de la Bildung de la Universidad, escribe Nietzsche.
[2] De este trabajo diría Nietzsche, en carta a v. Gersdorff, el 6 de abril de 1867: "La verdad es que no quiero seguir escribiendo de manera tan torpe y tan seca, tan obediente al corsé lógico como cuando mi trabajo sobre Teognis, por ejemplo: ninguna gracia le acompañó en su cuna. Ante todo tengo que volver a liberar en mi estilo algunos espíritus joviales, tengo que aprender a usarlo como un teclado, pero como un teclado en el que no se tocan viejas piezas ya sabidas, sino en el que se improvisan fantasías libres aunque no exentas, por supuesto, de lógica y belleza".
[3] "¡Cómo me repele todo ese trabajo! En muchas cosas es realmente falso, aún más, puro tartamudeo!" Carta a Erwin Rodhe, 8 de octubre de 1868.
[4] F. Nietzsche, Humano, demasiado humano, parágrafo 263.
[5] La Gaya Ciencia, parágrafo 270.
[6] Genealogía de la moral, Prólogo.
[7] F. Nietzsche, Crepúsculo de los ídolos. Cómo se filosofa con el martillo, trad. A.Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, 1989, pág. 83.
[8] F.Nietzsche, Así habló Zarathustra. Un libro para todos y para nadie, trad. A. Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, 1986, pp. 321-323.
[9] F. Nietzsche, La genealogía de la moral. Un escrito polémico, trad. A. Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, 1992, pág. 17.
[10] La Gaya Ciencia, Prólogo, 4.
[11] Ecce Homo, "Por qué escribo tan buenos libros", parágrafo 2.
[12] Carta a Carl Fuchs , 14 de diciembre de 1887.
[13] Carta a Deussen, enero de 1888.
[14] “¿Te acercas sinuoso en semejante medianoche?...”, en F. Nietzsche, "Lamento de Ariadna", Ditirambos dionisíacos.
[15] Simón Rodríguez, Inventamos o erramos, Caracas, Monte Avila, 1992. [Texto original de 1840].
[16] La Gaya Ciencia, parágrafo 381.
[17] Cf. M. C. Franco Ferraz, "Por uma filosofia para orelhas pequenas", en III Congreso Internacional Nietzsche, Asim falou Nietzsche: para uma filosofia do futuro, Rio de Janeiro, Brasil, 22 al 27 de agosto de 2000.
[18] Cf. Así habló Zarathustra, "De los sabios famosos".
[19] Cf. Así habló Zarathustra, , "Del espíritu de la pesadez": "Allgenügsamkeit, die Alles zu schmecken weiß: das ist nicht der beste Geschmack! Ich ehre die widerspänstigen wählerischen Zungen und Mägen, welche "Ich" und "Ja" und "Nein" sagen lernten. Alles aber kauen und verdauen - das ist eine rechte Schweine-Art! Immer I-a sagen - das lernte allein der Esel, und wer seines Geistes ist!".
[20] "Als Zarathustra diese Worte gesprochen hatte, sahe er wieder das Volk an und schwieg. "Da stehen sie", sprach er zu seinem Herzen, "da lachen sie: sie verstehen mich nicht, ich bin nicht der Mund für diese Ohren. Muß man ihnen erst die Ohren zerschlagen, daß sie lernen, mit den Augen hören." Erster Theil, Zarathustra's Vorrede, 5.
[21] "Sie verstehen mich nicht: ich bin nicht den Mund für diese Ohren". Erster Theil, Zarathustra's Vorrede, 5.
[22] [...] und wer noch Ohren hat für Unerhörtes, dem will ich sein Herz schwer machen mit meinem Glücke. Erster Theil, Zarathustra's Vorrede, 9.
[23] Más allá del bien y del mal, parágrafo 40.
[24] Clarice Lispector, La hora de la estrella, trad. A. Poljak, Madrid, Siruela, 2000, pág. 20.
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